La locura es un requisito previo en esta mierda". - George Clinton, Parliament Funkadelic
¿Jodi y yo estamos locos cinco años después de nuestra aventura de un año en Costa Rica? ¡Sí somos! “Si no estuviéramos todos locos, nos volveríamos locos”, dijo Jimmy Buffet. Estoy de acuerdo con George Clinton en que la locura es sin duda un requisito previo en esta mierda llamada vida. Pero lo que sabiamente ofreció esta leyenda del funk a continuación en nuestro El podcast Swan Dive (más sobre eso más adelante) fue: "También puedes fingir. No tienes que estar realmente loco; la gente está realmente feliz de que puedas hazte el loco”.
Cinco años es una buena parte de la vida. Y tienes suerte si no te sacudieron el cerebro estos últimos cinco por la fuerza con la que se sacudió el globo de nieve de nuestro universo. ¿Dónde estabas en 2018? ¿Has cambiado? ¿Como has cambiado? Esos cinco años representan más de la mitad de la vida de mis hijos; eran 8 & 11 y cuando llegamos a Costa Rica.
Cinco años en los árboles altos
La brisa del mar
El lejano
El día a día
La orilla infinita
Menos es más
Alguien me dijo una vez que es mejor tener suerte que ser inteligente. Y, sin duda, la cosa más afortunada que me ha pasado fue estar aquí, en este pequeño pueblo costero, escasamente poblado, estos últimos cinco años. Nuestros hijos, que ahora tienen 13 y 15 años, están madurando como mangos antes que nosotros, evolucionando de nuestros niños a nuestros compañeros. De buenos chicos a buenos tipos. Está lejos de ser perfecto. Nuestro hijo mayor es un chico de la ciudad que vive en los barrios que preferiría recorrer las calles del centro de Nueva York en su patineta que vivir en una calle sin salida en medio de la nada. La tranquilidad es lo último que busca. Aún así, su adaptabilidad ha sido impresionante, sus quejas mínimas. Es mucho más relajado que cualquiera de sus padres. Y estamos tratando de seguir su ejemplo, como familia. Lo llamamos BOTO - Be Open To Outomes. Nuestro hijo menor, en cambio, vive para la naturaleza. Puede pasar horas sentado frente a un hormiguero solo. Guarda manuales sobre pájaros, mamíferos y reptiles junto a su cama. Para él, las ciudades son demasiado "hechas por el hombre", una de las muchas palabras fabulosas de su léxico privado. Aún así, vivir al final de una calle montañosa empinada con pocos niños de su edad cerca no es óptimo, muy lejos de nuestro vecindario de Miami, donde una bicicleta es todo lo que uno necesita para ir a buscar a su gente. Espero que estos últimos cinco años les hayan enseñado confianza en sí mismos y flexibilidad, en lugar de sentimientos de aislamiento. Sólo el tiempo dirá.
Hoy, en una clase de yoga centrada en la apertura del corazón, la profesora nos pidió que visualizáramos nuestro deseo más profundo. Es una pregunta enorme, pero mi respuesta llegó instantáneamente. Mi deseo más profundo es estar sentado alrededor de la mesa de la cocina con Jodi y mis hijos, y todos nos estamos riendo. Eso es todo. La armonía familiar básica, algo que nos ha eludido estos últimos años, es el deseo de mi alma en este momento. No es un éxito creativo ni comercial. Leonard Cohen lo dijo mejor: "No es tanto que obtuve lo que estaba buscando. Pero la búsqueda misma se disolvió". Creo que me he calmado mucho... como el buen whisky de Tennessee. Más ahumado en los labios. Más suave en el acabado. Como hombre de Wall Street en recuperación, tuve que redefinir totalmente mi noción de productividad. Ahora bien, si contribuye a mi bienestar físico, emocional y espiritual, es productivo. Mi agenda diaria todavía incluye al menos una reunión de la junta directiva*. Con suerte, la calma de Costa Rica ayudará a mis hijos a encontrar y crear armonía en su/nuestro mundo interior y la mayor mundo exterior.
¿Cuál es tu deseo más profundo? Ve con lo primero que se te venga a la cabeza. Hágamelo saber; Tengo mucha curiosidad.
“La falla es la cosa más fácil de encontrar en el mundo. Así que trato de evitar eso y ver qué tan fácil es para mí encontrar buena mierda”. - George Clinton en Swan Dive
Después de más de ochenta episodios ricos de Swan Dive, George es mi favorito hasta ahora. A sus 82 años, en medio de una gira musical, exhibiciones de arte y no una sino dos nuevas películas sobre él, realmente se presentó para nosotros. Cuanto más entusiasmo infantil y positividad ilimitada compartía, más tenía que contenerme para no reírme como un niño de jardín de infantes. Este caballero ha vivido su vida en el Salón de la Fama del Rock & Roll, ganador de un Grammy, en voz alta, sin miedo y en tecnicolor. Otro deseo profundo sería que mis hijos se acercaran a la vida con la misma alegría de vivir y el mismo carácter noble que George, quien, cuando era adolescente en la década de 1950, trabajaba en una barbería y formó una banda de bebop llamada The Parliaments (ética del trabajo). Escribió para Motown en su apogeo a mediados de la década de 1960 (eso es solo plátanos). Vio la tendencia del rock psicodélico desde el principio con Hendrix y Pink Floyd y giró su sonido R&B hacia ella (eso es previsión). Y, maravillándose con la pompa del escenario en Hair on Broadway en 1969, cultivó esa misma locura ecléctica en su escenario funkadelic, contratando a los mejores escenógrafos y al diseñador de vestuario de Cats para inventar el estilo de su banda (eso es genialidad creativa). Ah, y ahora está encontrando el éxito como pintor (eso es divertido). Todos queríamos The Funk, y él nos lo dio, incluida una nave espacial que ahora se encuentra en The Smithsonian en DC. Gracias, Jorge. Bow Wow Wow Yippie Yo Yippee Yay!! Ve a escuchar ahora.
“¿Cómo defino el éxito?”, me dijo George, “me gusta alejarme unos diez pies del éxito. No quiero acercarme más que eso. No quiero tener éxito. Quiero estar siempre persiguiéndolo… solo unos metros detrás de él”. En otras palabras, sigue recorriendo el sueño y espera no atraparlo, porque entonces podrías necesitar otro sueño. En el surf, mientras despegas, siempre miras hacia abajo, hacia donde te diriges, nunca hacia abajo, a tu tabla, que es una receta para desaparecer. Esta mezcla sublime de mirar hacia adelante y estar totalmente presente es otro de mis deseos más profundos.
Mi hijo me preguntó recientemente en cuántos lugares he vivido durante un año o más. La respuesta es siete: Miami, Gainesville, Ithaca, Los Ángeles, Boulder, San Francisco y Playa Grande. Cada uno de estos resultó ser una misión crítica para mi crecimiento. Cada uno contenía drama, comedia y/o tragedia. Sin embargo, nuestros cinco años en Grande se sienten más claros. Tranquilo pero grandioso. Los más fundamentales. Sin adornos. Saludable. Cosquilloso. La más pura... que sea, la más Pura Vida.
¡Nos vemos en el agua!
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